lunes, octubre 30, 2006

Como el mio no hay


Mi mamá es majadera hasta el cansancio, una y otra vez me repite como tratando e marcarme a fuego que los hombres SON TODOS IGUALES. Yo para contradecirla, le respondo que las mujeres también y que este post, se lo dedico a los hombres.

Los hombres, según estudios, no son tan resistentes como las mujeres, aguantan menos el dolor (evidente ellos no tienen que parir), y hasta viven menos (según dicen).

Los hombres son más prácticos, cuando se enojan con un amigo es muy difícil que se lo guarde, lo más probable es qu lo agarre a puteas o mínimo a combos.

Los hombres son menos reconorosos y me he topado (lo que no quire decir que no existen) con poco que maquinan grandes venganzas.

Los hombres son buenos amigos, hasta que se enamoran de la amiga, pero buenos amigos al fin.
Y es que nuestro peor error como mujeres ha sido creer todo este tiempo, lo que trata de recalcarme día a día mi mamá y es que "los hombres son todos iguales".

Los hombrs son infinitamente diferentes unos de otros, los hay tiernos, asendosos, resolutivos y así un sinnúmero de protótipos más.

Los hombres que rodean mi vida, tienen características muy dispares. Hay dos que se parecieran parecerse, pero no, es mi papá y mi hermano, que si bien son unos mal acostumbrados de mi mamá, al fin y al cabo son perros que a ladran y la mayoría de las veces no muerden.

Mis otros hombres son wallas y Tito: aceite y agua cada uno, pero me han tratado como a una reina estos 4 años de amistad, y es que los hombres son definitivamente mejores amigos que las amigas.

Y finalmente mi último hombres es particular: es tan adorable y dan ganas de amarlo siempre, le carga lo poco efectivo y esperar... pero es detallista y amoroso, es vivo, muy chispeante y divertido. Con él no se pasan penas y es que lo definitivamente se necesita en un mundo tan deprimido. Yo creo que por eso cuando lo miro y lo re miro, vuelve a encantarme.

Los hombres no son todos iguales, y no sólo me refiero a tipos físicos. Los hombres, son esa debilidad que tanto a mujeres, comoa otros hombres nos hace tropezarnos, una y otra vez.

sábado, octubre 21, 2006

El yogurth de mi refrigerador



Una vez me preguntaron en el colegio: que quería para mi vida futura... yo rápidamente contesté:

- Ser exitosa
Mis compañeros me miraron feo y muchos pensaron que quería ser famosa... les tuve que explicar que quería exito, pero no fama, sino exito sencillo, ese exito de caminar por la calle sin mayores preocupaciones, ese de poder juntarte con los amigos o abrir tu refrigerador y encontrar eso que te gusta comer... o Poder tener algunas monedas en los bolsillos.

Nunca me entendieron y quedo esa extraña sensación de que quería fama.
Hoy estoy a casi 4 meses de titularme y la ansiedad ronda por todo lugar.

Y es que los anhelos, las expectativas y las esperanzas son muchas... Son años invertidos en lo que uno creyó sería lo correcto.

El martes viajo a Santiago, sola, por primera vez sola... siempre le hecho el quite a hacer eso y de las 4 ó 5 veces que he ido, ha sido con alguien que sabe, despreocupando siquiera en aprender.

El martes viajo a Santiago a sapear, a ver que tanto tiene esa ciudad que todos se van para allá.

Yo Diosito quiere (cómo diría mi negra amiga Anita, ese Dios que tanto invoco), el 2007 me quedaré en Conce, en la ciudad que me gusta, donde puedo caminar y donde podré trabajar donde ya hace dos años lo hago...

El jueves me preguntaban por mis expectativas, mi sueño de vida...

Pensé que no tenía sueño de vida, pero sí, tengo uno...

Mi sueño de vida, es poder abrir mi refrigerador y ver ese yogurth que tanto me gusta... Caminar sin preocupaciones y poder reirme un rato, poder aprender más y ver a mis papás tranquilos...

Hoy estoy aliviada, no pasaré a engrosar las listas de cesantes profesionales jóvenes de este país...
¿cosechando lo que he sembrado?, no sé
¿suerte?, tampoco sé
¿estar en el momento y en el lugar indicado?, quizás...

El martes iré sola a Santiago, por primera vez...


[A mi negro, que es el amor de esta vida de mi vida, que eres mi gran amor]

lunes, octubre 02, 2006

Camino rápido hacia mi casa porque mi bolso que pesa la mitad de mi peso corporal ya no lo resisto. Cuando abro mi cartera no sólo no encuentro las llaves de mi casa que algún recóndito lugar de ese bolso deben estar, sino que en vez de ellas aparecen papeles (boletas, post- it, pasajes de micro), plata, bolsas de té, sacarina, cremas de manos, de cara, un escuché con maquillaje, una agenda, celular, lápices, pilas, cepillo de dientes, pasta de dientes, lentes ópticos, dulces, clip y podría seguir enumerando.

Y es que las carteras de las mujeres son un mundo aparte, un lugar que sólo cada una puede descifrar, ni siquiera otra de nuestro mismo género, es más cuando mi mamá me pide algo no lo puedo encontrar.

Cuántas veces nos ha pasado a nosotras eso de que nuestro celular suena y suena y finalmente cuando lo encontramos entre tanta cosa y cortan la llamada, una rabia!!!

Cuántas veces las llaves no se encuentran o esa boleta para pasar a buscar algo a la tintorería o al zapatero y simplemente la boleta se perdió en el triángulo de las bermudas de nuestras carteras.

Cuántas veces vamos acompañadas y empieza: a reclamarte por el orden de la cartera y a mirar con ojos reprobatorios de por qué no haces orden en esa cartera.

Las cosas son así, las carteras y su desorden es lo que a una mujer una dieta, todas alguna vez hemos hecho una.


Saludos.