martes, febrero 05, 2013

Debería


Hay días en los que pienso en que debería reciclar, otros en los que debería DEBERÍA dejar el sedentarismo, otros en los que pienso que estas continuas jaquecas me van a llevar al otro mundo, en que debería dejar de comer tan tarde, en que debería dejar la cerveza, el café y las papas fritas con mostaza, ver menos TV y leer más libros, en que DEBERÍA ahorrar más, terminar mi tesis, descansar un poco más y jugar un poquísimo más con el MAX, ojalá llegué el día :)

lunes, septiembre 13, 2010

Por qué amamos a Golborne

Pocos días antes de que ocurriera el accidente Minero en Coapipó figuraba yo por primera vez comprando la revista Caras. Sí, prejuiciosa y todo, pensé en comprarme una revista para leer de estrellas de hollywood y de farandula nacional. Pues No, fijensé que me encontré con más que eso.

Sólo la tapa es el enganche farandulero que hace la revista, porque adentro, les cuento tiene muy buenas entrevistas a todo tipo de personajes, desde rostros de TV, pasando por políticos, pintores, fotográfos y un largo etcs.

En esa edición, venía la entrevista al Ministro de Minería, Laurence Golborne, contaban de su historia personal, de su labor como alto ejecutivo y como era, hasta ese momento, el más desconocido de los ministros de Piñera.

Me encantó la entrevista. Debo decirlo.
Y es que mostraban como la meritocracia llegaba al poder. Hasta ese momento nada relevante para la gran mayoría.

No sé muy bien de estrategías políticas y a veces me enredo como se maneja el poder en las latas esferas, pero creo firmemente, que eso de menos es más cada vez funciona más.

Hoy Laurence Golborne sale hasta en la sopa, los medios de comunicación lo regalonean y lo más probable es que capaz que Kramer lo imite en un tiempo más.

La tragedia minera mostro a muchas bandas lo mejor de él. Su ser Apolítico, ese que después de dar una entrevista no tiene que estar llamando al pdte de su partido para darle explicaciones, ese personaje que no se debe a nada más que a su jefe principal, el Pdte.

Hoy muchos los coquetean con militancias, pero le digo algo ministro, NO LO HAGA. Luche hasta el final por mantenerse así, aunque las oscuras manos del poder partidista lo tienten.

Su mayor virtud hoy es NO SER una maqueta de algo más. Da gusto saber que quizás no nos está engañando con poses ni frases.

A lo mejor si lo hace, pero hasta el momento no se le nota.
No se preocupe si le aconsejan ser más estratega. Ud, siga llorando cuando usted quiera, siga diciendo lo que le sale de la guata, porque eso se ve agradable a través de la pantalla.

No caiga en la trampa de quienes lo visualizan para el 2014, porque esa es una trampa mortal en política. Usted siga tranquilo por la piedras, porque lo más probable es que le siga yendo bien.

No confie en Larraines, en Novoas o en Concertacionistas, esos están contaminados y ya nadie les cree.

Me cautiva pensar que efectivamente S. Piñera, si quiere a los mejores en su gobierno, solamente que debe pagar el alto costo del apoyo, pero que dentro de lo que puede se da lujos como trabajar con personas como ud.

Ojalá este sea una luz en el tunel y efectivamente la esperanza de confiar nuevamente en la clase política se de en personas como Golborne.

miércoles, agosto 25, 2010

Oportunismo medioambiental

Hoy la única esperanza que queda para que Punta de Choros no tenga una Termoeléctrica es que SP, contra vientos y mareas políticas, inclusive yendo en contra de sus ministros, diga NO a la Termo.

Hoy en las redes sociales, está lleno de gente con avatar de pingüinos, todos hablan de Punta de Choros y me parece excelente, ojalá la gente no salga a las calles un día, sino todos, para defender la naturaleza y eso que a mi no me criaron el sentido ecológico. Mis papás nunca me retaron por botar basura desde fuera del auto y tampoco en mi casa habían tachos de basura con sentido de reciclaje, pero tampoco quiero que las aguas, los cielos y los bosques se destruyan por la mano del hombre.

Todo bien, hasta ahí.
El incoformismo reinante me hace pensar que la defensa de la reserva de Punta de Choros me parezca oportunista y hasta una MODA. Sí una moda. Y es que en Chile hay por lo menos, porque no tengo el dato exacto, alrededor de unas 15 Termoeléctricas.

Claro en Punta de Choros hay mucha biodiversidad, reservas ecológicas, pero que acaso Coronel no tiene belleza natural, Constitución, que tiene dos termos, no es un lugar que hay que cuidar.

No recuerdo, haber visto vídeos de rostros que salían en la Tele cuando la gente pedía no a la celulosa en Nueva Aldea, pero si la gente del poblado. Llegó hasta Greenpeace y hoy ahi está la tremenda empresa, tirando cantidad obscenas de material particulado y nadie hace nada.

El tema ecológico pesa menos que un paquete de cabras en Chile, es sólo una buena pregunta en tiempo de elecciones, son promesas que nunca se cumplirán.

jueves, julio 22, 2010

Volvamos!

Aquí estoy nuevamente, me case con la idea de querer escribir un diario de terremoto, que sí, algún rato lo convertiré en libro y se volverá un hitazo, lógico, quizás antes me gané otro zopenco con la misma idea pero wotever.

Quiero dar la vuelta y volver a escribir de todas las cosas que me cautivan, el ser mami, con un hijo de casi dos años, vivir con el negro, que todos los días es algo nuevo, comentarles que soy una tuitera adicta, del frío, de la lluvia, de mi afán por salir a correr todos los días pero no lo logro.

Cosas. Muchas cosas.

Hoy es el post de inicio en un rato más, escribo más.

jueves, mayo 27, 2010

Diario de Terremoto: 28 / 02 El terremoto de la gente.

Después de una noche nefasta, el hombre grande la casa, se agarró el cinturón y nos dijo a los atemorizados Ange y Max, esta cuestión se acabó nos vamos para la casa. De ahora en adelante vamos a andar todos juntos. Y era como hacerle caso. Ya había recatado el auto de entre los escombros y se enzalzaba como nuestro líder. Me sentí segura al fin. Había que tomar el toro por las astas. Y aunque la gente del edificio de Serrano se había portado un 7.0 sobre todo con nuestro retoño, lo que decía el líder era justo y necesario.

Ya era dgo y mientras el Negro hacía unos quehaceres me dejó ordenando nuestras cosas que ya comenzaban a repartirse por ese edificio que ya nos era ajeno.

La gente que nos hospedaba también comenzaba a tomar las riendas de "nuestra nueva situación de vida" y se organizaba para hacer desayuno. Fueron a buscar leña de una casa que sae había caido y listo miercale. Ya había fuego y teteras con agua hirviendo. Los departamentos ahora estaban en el Hall, con sus tazas, sus platos, sus frazadas, sus cosas.

Pero ese oasis de buena onda, distaba mucho de lo que pasaba a una cuadra. Si durante la noche ya se había sentido a la gente desbandada, durante el día, la luz no escondio lo peor que pudimos ver de nuestros vecinos, sino todo lo contrario.

El Unimarc de chacabuco, al que yo iba todos los meses con mi negro y el Max, estaba siendo brutalmente desmantelado. Sí, el miedo al desabatecimiento. Pensamos todos e incluso yo tb lo pensé y por un momento mis pies llegaron a la esquina, pensando en conseguir los famosos colados. Pero retrocedí, no porque mi moral me impidiera seguir, sino que me espanté al ver que la gente no estaba sacando alimentos de primera necesidad. Sino que también se iban con los asientos de las cajeras, los aparatos de REDcompra, y otras cosas que no eran para superar la crisis. Me espanté y tuve miedo nuevamente. Y lo que más me espantó que eran los recurrentes llamados Flaites los que se iban con esas cosas, eran señoras bien, con sus cabelleras pintadas de rubio de peluquería, gente en jeeps, marca jeeps. ¿necesitarían ellos esas cosas?.

El negro llegó de la ronda que había ido a hacer para ir a buscarnos. Y me dijo, están saqueando todos los supermercados. La cosa está brigida. Amaro Gómez Pablos intentaba ser mediador para que la gente se controlada en el líder de Prat, pero la gente se reía en su cara.

Llagaba la hora de irse del edificio de Serrano, no sin antes agradecer a esa gente concocida y extraña a la vez, nuestros vecinos en la emergencia, nos desearon suerte, nos dieron unas botellas de agua mineral para el Max y partimos.

Nos fuimos a la casa, a nuestro departamento, eran las 14 horas y parecía que la hora no avanzaba. Cuando entramos comencé a llorar todo seguía en el suelo y edificio parecía abandonado, no había nadie. No había luz, no había agua, no había nada. El negro se fue a hacer unas fotos y me dejó ahí sola con el Max. Traté de tomar fuerzas, soy madre y correspondía que fuera valiente. Asi que comencé a ordenar a levantar todo en la cocina, la mezcla de aceites, sal, tallarines, pedazos de vidrio, providencialmente, el Maqui durmió por unas horas mientras yo limpiaba, era importante eso, ya que al no haber agua, la higiene no era muy buena.

Después de unos minutos ya tenía la cocina en pie. Y Maqui había despertado, no quería estar solo, era entendibloe, a mi tampoco me hubiese gustado estar sola en esos momentos. Ordené la pieza, era increíble estaba todo por todas partes.

Después de eso, el negro llegó a buscarnos, tenía que ir a despachar a Entel y lo acompañamos. El Maquito fue feliz en ese momento. Gritó y se relajó. El negro despacho y mientras hacía eso. Yo partí a buscar un tarro de leche que se me había quedado en el edificio de Serrano.

Ahora no sé si haber salido en auto por las calles de Concepción fue mejor o peor.
La gente a esa hora (16.00 horas). Estaba descontrolada a mango, ya había salido en masa al centro de Concepción, avidos de romper, sacar, correr, tomar, destruir, quemar.

El Alvi de Carrera, Los Bigger, los Líder, las Bencineras, los Sta. Isabel, la Polar, los Unimarc, los Frunas, Los Kamadis, Nada se salvó. Sueciedad, humo, fuego, bomberos que no daban a basto era parte de una foto que tengo grabada en mi mente y que más encima era acompañada por un día nublado tipo invierno que hacía más terrible todo.

En el auto sin saber muy bien porqué llegué hasta la Plaza Acevedo, viendo en nivel de destrucción tanto del Terremoto como el que ahora provocaba la gente.
Fue en ese momento en la Cruz Verde de Roosvelt, detuve mi auto y entré. A mirar y a ver si habían colados.

Lo que vi fue incréible, barro, estanterías vacías hasta la de los ¡bronceadores?!. desolación.
No entendía que le pasaba a la gente. Cuál era la motivación para tanta paranoia cuando recién llevábamos 1 día de terremoteados. Dios nos libre cuando llevemos 10.

Llegué a buscar la leche y en la Radio del auto, se oían noticias, como que la Pdta, había estado reunida con los principales supermercadistas del país, para que en las zonas afectadas, abrieran sus puertas para que la gente se llevará todo lo que necesitará y fuera de 1a necesidad.

¿Perdón? pensé. Qué nos vamos a llevar. Si ya hay un supermercado quemados y cientos saqueados. Ya no hay nada que robar. Las autoridades clamaban la presencia militar en las calles, la cuestión se volvía insostenible. Muchos pensaban que una vez que la gente terminará con los locales comerciales, comenzarían con las casas!. Para eso la verdad, faltaba poco.

Emprendí mi regreso al lugar donde estaba el Negro, no sin antes suceder, lo que me marcaría ese día. Yendo en el auto, al doblar en una esquina, mi auto quedó atrás de una camioneta que iba cargada de cosas, muchas cosas, arriba de ellas iban dos adolescentes, deben haber tenido unos 15 o 16 años. Detenidos en un semáforo, bajo mi vidrio y les grito: "Chiquillos llevan colados ahí"... (supongo que se habrán dado cuenta, que lo único que tenía en la cabeza era conseguirle comida al Max).

A lo que los chiquillos me contestan: "No, srta. En la Nestlé de Palomares, debe haber"

Sonrei, y seguimos, había verde en el semáforo.

Seguimos por una cuadra más y cuando había que doblar. Los Chiquillos hicieron parar la camioneta y se bajaron de ella, corriendo hacía mi auto.

Me traían tres kilos de leche.

La verdad es que encontré solidario el gesto. Aunque después vino la perturbación al respecto. No sabía si alegrarme por la solidaridad o entrsitercerme por estar perdiendo la fe en los humanos, antes estos horrendos acontecimientos.

Una vez que volví donde el negro a Entel. Le pedí que quedará con maquito para poder llamar a mis papás. Mi necesidad de comunicarme constantemente con ellos se hacía cada días más grande. Cerca del lugar donde estabamos había un teléfono público.

Dejé a maqui con su papá y bueno. Caminé hasta el teléfono. Ahí vi un montón de gente con sus preciadas adquisiones.
Dos mujeres mayores caminaban con un carrito lleno de cosas fruna. Mi pregunta obvio, fue "Llevan colados".
No, srta. Nosotros estamos consiguiendo pañales.
Mirenve, le dije yo. Yo tengo por montones. Pero sin colados no hay pañales. Hubiesemos hecho trueque.

Al llegar al teléfono público, había un niño de San felipe que estaba solo en Concepción y que se contactaba con sus padres.

Habló por minutos, tanto que hizo que desistiera de hablar con los mios.

Después de que el Negro despachara nos fuimos a la zona cero.
El necesitaba conversar con un amigo y fue ahí que supimos que se decretaba TOQUE DE QUEDA PARA CONCEPCIÓN, a partir de las 9 de la noche, nadie podría salir de sus casas hasta las 6 de la mañana del día 01 de marzo.

Así cerca de las 7.30 tomamos el auto y nos fuimos al departamento. Comenzaba a oscurecerse.
Aprovechamos de llamar a nuestras casas, desde el teléfono público abajo del edificio, dejamos el auto en la calle y subimos.

Nuestra primera noche en el departamento. Miedo.
El negro hizo fuego y a lo conductor de a prueba de todo del Discovery, coció unos bistocos. Mientras nosotros comiamos papas fritas y tomabamos agua.

Llenamos de velas. Yo tenía una pena infinita.
Maquito tomo su leche. le puse su pijama. Nosotros con ropa y zapatillas acostados a su lado.
Maqui durmió. Nosotros teníamos un ojo cerrado y otro abierto. Hubo muchas réplicas esas noche. Una noche que fue nuevamente demasiado larga.

jueves, marzo 18, 2010

Diario de Terremoto: El 27/02

Amanecer
Sentada en el auto del papá del Felix con el Pato, podía sentir la seguidillas de Réplicas, las que nos seguirían acompañando por mucho tiempo, según decían en la Bíobio.

Las noticias eran catástroficas, incendios, puentes cortados, casas caidas, mucha confusión y la luz del amanecer que no llegaba. Podría decir que ese día el sol definitivamente no quería salir.

Pero amaneció.

Necesitaba hablar por teléfono, necesitaba saber si la otra parte de mi familia estaban bien, me urgía hacerlo, si ellos estaban bien, que vengan miles de cosas malas más, total sabría que estaban bien.

Fue así que como el papá de los chiquillos también necesitaba contactarse con sus familiares, que salimos en busca de teléfonos públicos, la única telefonía que servía en esos momentos.

Echamos a andar el auto, el pato subío con nosotros, el Maqui seguía durmiendo, mejor.

Nuestro paseo fue terrorifico.
Casas caidas, un edificio colapsado, incendios, calles llenas de escombros por las cuales no se podía pasar, vidrios, ladrillos, gente desorientada, impacto por todos lados. Y sabe a esa hora. 7.30 am ya comenzaban los saqueos y es que la Copec de Carrera, era una de las primera victimas. E insito, "gente respetable" en autos, llevándose hasta lo último. Seguramente ellos si sabían que la cosa veían para largo y le tenían miedo al desabastecimiento. Sí seguro era eso.

La ciudad estaba abajo. Y si Conce, era así, Talca, estaba peor. Pensaba, claro si ellos eran el epicentro.

Las noticias seguían siendo confusas y es que la Biobio, había perdido total contacto con la nave nodriza de Stgo y se mantenía sola, informando dentro de lo que tenía alcance.

Volvimos al edificio de los chiquillos y el maquito despertó. Pucha Hijo, no, no había sido un mal sueño.
No despertaste en tu casita, sino en un auto, estas vestido, con parka y gorro y no podemos ver el Disvoery Kids, ni jugar con tus juguetes.
Menos mal que pude hacerle su leche.
Fue ahí cuando tuve miedo de no poder alimentar como corresponde a mi hijo. Tema que determinó muchos temas futuros.

Seguía sin poder hablar con mis papás y ya eran las 9.30, avanzaba la hora, pero no las novedades.
Nadie podía hablar con nadie.

Maquito quería caminar y yo sólo despertar de esta pesadilla.
Caminamos.

A las 11 de la mañana llegó el negro y me dijo lo que no quería escuchar: "esto es más grande y terrible de lo que pensamos".
Nos organizamos para el resto del día. Yo me quedaría ahí, resguardada. Con el pato y el tío.
Le pedi al negro que se quedará con el max, mientras yo iba a buscar cosas a la casa.

Caminando me di cuenta de que claro, las cosas estaban peor de lo que se veía en la madrugada.
Y mientras caminaba, me encontré con un ratoncito, como acurrucado en si mismo, lo mire y pensé, pobré ratón quizás también está asustado.

Llegando a mi departamento, ya comenzaban los primeros atisbos del Turismo de catastrofe, gente sacando fotos, sacándose fotos entre los escombros y es que claro, fuera de toda cosa, este es momento histórico.

Afuera sentado en una banca en dueño del edificio.
Recuerdo, haberle dicho:
"Don Omar, lo único que me interesa saber, es que si voy a poder volver a mi departamento, no importa cuándo, ni cómo, pero que voy a poder".

El me respondió: Claro que va a poder volver, yo construí este edificio y estoy seguro de que aguantó bien.

Bueno, cuento aparte es Don Omar, el durante la madrugada cuando todos los vecinos estabamos abajo del edificio, el nos alumbraba desde su departamento.
Todos pensamos que por lo viejito que es no podía bajar.
Entonces el negro cual Rangers Gringo, subió al edificio para ayudarlo a bajar.

Cuando bajo el negro, solo, por cierto, nos dijo:
Don Omar dice que no va a bajar, porque al edificio no le va a pasar nada. Que él lo construyo y que sabe lo que hizo.
Debo confesar que eso fue tranquilizador y a la vez se convirtió en unos de mis héroes.

Volví al departamento con caleta de cosas para el Max y para el negro y para mi.
El camino de mi casa al edificio de los chiquillos nunca lo habían encontrado tan largo y es que subir al departamento y darme cuenta de la pérdida total en la cocina, me bajoneo un poco, pero en fin, era lo de menos.

Iba con dos bolsos, y comenzaba a transpirar, nadie quiso llevarme, eso de la solidaridad post tragedia, pueras planplinas, o por lo menos la gente en auto no.

Volvi, al edificio y el negro se fue a seguir trabajando.
Después me enteraría que nunca me quisó decir que por la radio, que Talca estaba en el suelo.
Obvio, me dice eso y es como si me hubiese disparado con una pistola en la boca.

12 del día. Y avanza el día lento, entre vecinos que no son los mios, entre el animo de Don Fernando, el papá de los chiquillos, entre la preocupación del pato y entre el Maquito que solo quería subir y bajar una escalera.

Nada con Talca.

12.15 y por fin, un celular entra en el telefono de mi casa en Talca, nunca había oido tan linda la voz de mi mami, y yo con las lagrimas en la garganta, le digo: Mami estas bien, ayyyyyyy que ricoo, mi papá, mi hermano. Las lágrimas, estaban en los ojos y le dije: Que pensé que estaban muertos.
Mi mami me respondió: que ella también pensó lo mismo.

Estaban Bien.!!!!!!
Estaban Bien.!!!

Ya rato antes, el negro me había dicho que se había comunicado con sus papás en San Antonio, por lo que todos Estaban Bien.

Que Alivio. Me da pensa recordar estas cosas.

Ese día al maquito le di todos los chiquitin y jugos que tenía en stock, esas cuestiones no durarían mucho sin refrigeración.

Gracias al generador del edificio pude cargar mi celular
Y contactarme con la Cathy, con la Ingrid, con Mis papás muchas veces, sólo quería escuchar sus voces muchas veces, con la mamá de la Vero, con al Pilola.

Estabamos bien, sí bien
Ese día el Maqui durmio al aire libre su siesta.

Jugo harto, y se hizo amigo de una niña que era estudiante de medicina en la USS, nunca la olvidare Paola, fue como un angel, fue tan buena con el Max, lo quiso tanto en esa porción de tiempo que estuvieron juntos que hizo que para el gordo las cosas fueran más diver.

Ya en la Tarde llego el negro con Claudio Pozo, nos contaron que había andado Piñera y Bachelet por la zona, que debían seguir despachando y etc.
Se fue denuevo el negro y me quede sola, sola. El papá del felix y el Pato se fueron a Coelemu y fue en ese instante que sentí soledad, quería estar con caras conocidas.

Ya entrada la noche llego el negro dormimos en un sillón con el maqui. En realidad el Max durmió.

El negro y yo dormitabamos todo el rato.
Fue una noche terrible, llena de réplicas, de gente queriendo robar el Unimarc, de bengalas, de disparos.
Las noches se hicieron eternas por varios días más.
Y parecía que el día no llegaba nunca.

Diario de Terremoto: El 27/02

03.34
No recuerdo cuando abrí los ojos, ni cómo, pero estaba ahí agarrada de la cuna del max y preguntándole al negro: ¿Qué era esto?. Todo el departamento se movía. No me acuerdo si sentí miedo, sólo que el Max no despertaba, que lo tomé pasado unos minutos y después que el negro recibiera en sus brazos el LCD que me había regalado mi papá para la navidad, nos pusimos bajo la puerta de la pieza. Los tres. El Max tiritaba y yo le decía: tranquilo hijo, mira estamos los papás acá.

Ese viernes 26, me mire al espejo y pensé en lo gorda que estaba y es que las vacaciones habían hecho estragos en mi. Bueno filo, me dije, total ya en el año me pondré en forma.

Nos fuimos al mall con el Negro y el Max. Era el último día hábil de las vacaciones y había que comprar algunas cosas para el regreso al trabajo y por ende, el regreso del max a la Sala cuna.
Se me paso por la cabeza eso del Stress Post Vacaciones. Estaba casi segura que lo comenzaba a padecer.
Ese día compré dos mamaderas, unos chupetes, el Negro encontró un ofertazo en North Face y comimos pésimo en el segundo piso, en patio de comidas del Trébol. Recuerdo habernos reido, de lo burgueses que estabamos y concluimos que comer en platos plásticos ya no era el estilo.

Una vez que estuvimos en la casa. A eso de las 7 de la tarde. Le insistía al negro que fuerámos al Unimarc de Chacabuco a hacer nuestras compras del mes, nos gustaba ese super, lo encontrabamos acogedor, dentro de lo que un supermercado cabe en ese concepto.
Lo encontrabamos barato.
Nunca imaginamos que ese sería el último día que lo veríamos tal y como era.
El negro me dijo, que ya era muy tarde que mejor fueramos con calma el sábado en la mañana.
Acepte. A regañadientes, pero acepte.

De todas maneras, ese día grabé las mamaderas de Max, le compré un considerable stock de baberos y le compré sus pañales para el mes. De la leche no hubo caso, no encontré en ninguna parte. Esa también seria la última vez que recorrería el centro de Concepción, la Galería Alessandri y las farmacias del centro, tal y como eran.

No olvido que mientras bañaba al Max para acostarlo, el Negro me repetía que tenía hambre.

. "Esperame hago dormir al max y comemos y tomamos algo rico, te tinca", fue mi respuesta.

Y claro mientras tocaba la noche, hice dormir al Max y obvio también él me hizo dormir a mi.
A eso de las 02.00 Am desperté porque mi teléfono anunciaba mensajes. Batería Baja - En rojo, filo mañana lo cargo.

Mañana, Mañana, Mañana, Mañana... Muchas cosas dejadas para mañana.

Estaba con ropa, con una polera cafe y una roja debajo y esas bermudas que el negro me quiere quemar.
Así estabamos, cuando el negro estaba agarrado a la pared y yo a la cuna, preguntándonos que cosa era lo que nos movía.

No sentimos ruidos. Ni gritos. No había luz. Abrigue al Max, me puse zapatillas, el Negro agarro la cámara, su mochila. Yo tomé pañales, leche, jugos.

Salimos de la casa. Bajamos por la escalera.
En ese momento no pensé que sería casi una de las últimas veces que volvería a mi casa.

En la calle estaban los vecinos, en la esquina de Lincoyan con Barros.
Todos nos preguntabamos, nadie hablaba en ese momento de terremotos, sólo habíamos sentido movimiento fuerte. La comida china que inundaba mi departamento de olor a soya, estaba en el suelo. Las balsosas de las calles levantadas nos decían que esto era grande.
Pasaba gente en auto, carabineros y nadie sabía nada.

Vimos el estacionamiento caido y pensamos: "perdimos el auto". Fue en ese instante, cuando llegaron unos vecinos y nos dijeron que el auto de ellos y el nuestro se habían salvado. Uf. Después sería una bendición, la salvada.

Celulares muertos y el teléfono público que sí funcionaba (milagro), y sí habían monedas de 100. No podía ser todo tan malo.
Logramos comunicarnos con las tías en Coronel. Pero no con mis papás en Talca, ni menos con los papás del Negro en San Antonio.
Les dijimos a ellas, que intentaran comunicarse, que les contaran que nosotros y nuestra casa estaba bien.

Fue justo después de eso. Cuando un tipo paso, y dijo: el epicentro fue en Talca y fue 8. La idea de muerte paso por mi cabeza. Claro, no podía comunicarme con ellos, quizás era porque estaban aplastados, muertos.
Pero la adrenalina, era tan alta, que razone que no sacaba nada con angustiarme.

A las 5 de la mañana y pasada casi una hora veinte del fuerte remezón. Decidimos con el negro movernos. Y caminamos hasta Serrano con Chacabuco, al edificio del Felix con el pato, seguramente ambos pensando en encontrarnos con caras conocidas y además saber como estaban ellos, si nosotros lo habíamos sentido tan fuerte en un piso 5, para ellos debía haber sido peor en el piso 11.

Caminando nos encontramos con los abuelitos residentes de lincoyan 440, tapados con frazadas, en las esquinas, nos decían que habían gente atrapada en el edificio.

El Max iba despierto, pero tranquilo, muy abrigado, desconcertado imagino yo, pero mi niño nunca lloro.

Ahí fue caminando por O´hhiggins, que nos dimos cuenta del colapso de la torre de oficinas, nos encontramos con los Jaivas y el negro saludos a Mario Mutis.

Caminamos por Serrano y era una boca de Lobo, unos vecinos a los que les preguntamos como estaban, nos alumbraron hasta pasado Cochrane.
Recuerdo haber saludado y preguntado como estaban a cada persona que encontré.

Y ahí afuera del edificio, nos encontramos con el pato, que me dio un abrazo apretado y eso que el no es efusivo. Con el felix y con sus papás. Estaban Bien, no todo podía ser tan malo.

Yo seguía sin poder comunicarme con Talca.

Los papás de los chiquillos (Felix y Pato) me dijeron que me fuera al auto con el max, para no pasar frio.
Yo atine a decirle al negro que ya era momento de irse a trabajar.
Y se fue.

En el auto de los tíos, pensé en mis papás, en el Pancho, en los papás del Negro, en tantas cosas. El Maqui se había dormido, gracias a Dios.
Se sentían sirenas, ambulancias, explosiones y la Radio.
También pensé que ojalá todo durará poco.

viernes, enero 15, 2010

¿Para qué?

Ninguno de los candidatos me representa. Ninguno.
Y es terrible porque el domingo tengo que ir a encontrarme con mi voto.

A mi Chile me gustaría como un país en donde estuviera legalizado el aborto, en donde los medicamentos fueran baratos, en donde no tuviera miedo de enfermarme o de tener muchos hijos pensando en que después no tendré como educarlos, en donde poder estudiar no costará millones de pesos. En donde los libros fueran baratos, en donde los emprendedores tuvieran más oportunidades, un país donde los ricos no tuvieran demasiado y los pobres tan poco. En donde se respetarán las leyes ambientales, un país donde los homosexuales pudieran casarse, formar sus familias como mejor les plazca, en donde los procesos de adopción no fueran tan engorrosos, en donde el esparcimiento no fuera caro, en donde ir al cine fuera barato y en donde no se convierta una botella de pisco en la mejor opción de entretención, en donde la concentración de la información no estuviera en manos de dos personas, en donde un diario regional pudiera crecer y hacerse grande, sin que llegué la maquinaria Copesa o El Mercurio a comérselos. Un país mejor.

Tengo clarísimo que avances hay. Las Iniciativas están. Que si uno quiere puede echarle mano a cuanto beneficio a puesto el gobierno a disposición de los ciudadanos, pero siempre falta.

Hoy estamos adportas de una elección que ya dejo de ser entretenida y llena de expectativas. Hoy estamos entremedio de una pelea de cabros chicos que sólo quieren que NO gané el adversario. Obvio, si estamos en una competencia.

Pero saben, me permitiré una reflexión que desde hace días pienso, yo sola con mi soledad.
¿por qué tenemos tanto miedo de que gobierne la derecha, sabiendo que la "mejor" opción, es sólo el mal menor?.

Personalmente me lleno de contradicciones. No porque me haya conquistado la Coalición por el cambio. Sino porque pienso. ¿Realmente será tan malo?. Es más hace algunos días escuchaba a Pablo Longueira decir, que ellos no podían darse el lujo de hacerlo mal, claro, ellos aspiran al poder por unos cuantos años y salir por la puerta chica post 4 años de gobierno no sería lo óptimo, entonces me digo, ¿será tan malo? .

Con la Derecha de mi país tengo diferencias, profundas diferencias como dicen los políticos, sobre todo del tipo valórico. Cuestiones que sé que ellos nunca transarán y yo tampoco. Diferencias del tipo enconómico, a veces asusta que por fin tengan todo el poder, pero los de la Concertación definitivamente no son de clase media, ni menos pobres.

Por otro lado, la Concentarción tampoco lo ha hecho bien y durante estos 20 años, sólo ha dado una manito de gato, sólo ha tratado por encimita, los temas que provocarían un cambio grandioso en Chile. Qué ha pasado con la Constitución, con la Educación Pública, con los Derechos Humanos (sí esos que tanto enarbolan durante los procesos eleccionarios), qué ha pasado con el medio ambiente, con el deporte, con la renovación de la clase política, etcs.

A veces tengo la sensación de que la clase política juega con nosotros, haciendo pactos de grandes cúpulas, turnándose poder y haciendo que finalmente los ciudadanos sean los que se agarren de las mechas. por uno u otro bando. ¿Para qué?.

Siento una profunda desilución. Un desanimo por participar este domingo.
Siento que el lunes cuando despierte, tendré que levantarme, arreglar al Max, sacarlo temprano para que se quede todo el día en la Sala Cuna, con la posibilidad de verlo solo una hora durante 7 y llegar a mi casa cansada, sin la posibilidad de jugar con él. y después acostarme y volver el martes a lo mismo.

Porque si gana Piñera o Frei, ¿cambiará en algo lo que debo hacer el lunes o martes?, creo que no.

Yo voto nulo