Para quién nos arreglamos las mujeres, la verdad es que siempre sostengo que para otras mujeres, sin embargo, ayer sentí que fue para mi misma. Fui a la peluquería por un sencillo corte de puntas y termine con nueva chasquilla ycon mi pelo liso. Me sentí tan linda, como hace tiempo no lo sentía.
Veía como caminaba y me pelo se movía conmigo.
Y es que para las mujeres que no nos producimos mucho es increíble hacernos algo porque todo el mundo lo nota de inmediato.
Varias veces me ha pasado que basta con pintarme un poco los ojos, o ponerme otra ropa para que los piropos masculinos se hagan efectivos. Demás está de decir que los hombres con los que me rodeo son encantadores.
Pero me asombra lo bien que le hace al espíritu una cosa tan sencilla como un cambio de look
Más me asombra aún que no es necesaria tanta parafernalia, yo no soy delgada, ni alta, ni mi pelo brilla tanto bajo el sol.
Pero el sólo hecho de haberme dado ese rato para mi y verme algo diferente me hizo sentir agradada.
El punto es que es verdad eso que dicen que para estar bien por fuera también hay que estarlo por dentro.
Los piropos fueron reconfortantes y tanto fue el impacto de mi cambio de look que después cuando volví a la normalidad, la barra pedía que volviera al liso maravilloso
Lo único que queda es invertir en su tonto alisador.
