viernes, noviembre 18, 2005

Enfermos de amor

La metafísica es una de mis pasiones, siempre creo y busca las explicaciones en algo más allá de lo que muchos podrían denominar normal.

Creo en el destino, en que las cosas están predeterminadas de ciertas formas y que las cosas siempre, pero siempre pasan por algo; creo en las supersticiones y en los razonamientos sobrenaturales.
Mi papá dice que eso es cosa de brujos y gente que no entiende mucho, pero la verdad es que prefiero pensar en eso que encontrar la explicación racional a las cosas y perder el misticismo.
Hace algunos meses, un "querido" amigo me dijo que pensaba que enamorarse era una enfermedad. Una peste, la llamo: te curas, siempre deja algo: inmunidad a la cepa y sus derivaciones (persona) o simplemente te deja una huella.
Averiguando en la red, efectivamente hay quienes sostienen que el estado de enamoramiento es una enfermedad:
"El amor es una enfermedad pasajera que deja secuelas pero que puede superarse a nada que uno se dedique a lo esencial en la vida: la familia, las aficiones, el trabajo, los amigos... Sin duda, ante el fenómeno del amor cada uno tiene su propia percepción y sensibilidad".
Se puede caracterizar el enamoramiento como una "locura" transitoria que no tiene edad y que repercute en gran medida en la vida cotidiana del afectado. Es, normalmente, una emoción que irrumpe sin avisar, intensa y bruscamente y que normalmente se atenuará con el paso del tiempo.
El enamoramiento es una experiencia que nos conmueve y conmociona, un estado pasajero en que el mundo tiende a convertirse en un paraíso y la vida en una fiesta: el diálogo, por arte de magia, deviene inagotable; el sentido del tiempo desaparece y el "ser con" y el "ser para" ese alguien se convierte en uno de los ejes de nuestra existencia. El amor, en su primera e impulsiva fase, es una nueva, luminosa y diferente forma de estar en la vida, que sacude nuestros cimientos racionales y nos lleva a vivir desde otra perspectiva.

Los síntomas
Aunque suene irónico, el amor puede contemplarse como una patología, como un trastorno ocasional con sus síntomas característicos.
Veamos tres de ellos:
La idealización de la otra persona, la admiración que sentimos hacia ella y la atribución de un conjunto de características positivas y nobles, omitiéndose los planteamientos críticos.
Otro síntoma es la desaparición de la agresividad: para la persona amada, sólo tenemos palabras dulces y amables. Se produce también un cierto trastorno de la atención: todo se nos antoja óptimo, casi mágico. Así, la vida es un regalo e invita a la ensoñación.
La comunicación con el enamorado es más comunión que otra cosa y el sentirse adivinado por el otro provee a la relación de sobreentendidos y certidumbre. "Te querré siempre", decimos, insuflados de un optimismo ciego y renunciando a mirar a un pasado poco complaciente.
Asimismo, aparece el "secuestro mental": la vida del enamorado gira en torno a cuándo se producirá el próximo encuentro con el destinatario de ese amor. El tiempo adquiere un ritmo distinto, en función de si estamos o no con la persona amada. Sacrificio y esfuerzo no tienen el sentido habitual si se trata de hacer algo por el otro o si permite estar con él o ella. Nos descubrimos más generosos y volcados que nunca: satisfacer, sorprender y agradar al otro se convierte en la mayor ilusión. Ese es uno de los problemas: en esta fase impulsiva y optimista a ultranza: comprender al otro, entenderle, deviene cuestión secundaria.

En los más afectados por el amor, el nerviosismo, las taquicardias, la sudoración, la sensación de no saber cómo comportarse, al igual que las de una extraña placidez y la propensión al lagrimeo y a la risa forman parte de esos momentos irrepetibles del recién enamorado. Visto lo anterior, habrá quien piense que esto de enamorarse (en cuanto que entraña de ingenuidad e ilusión desmedidas y de confianza ciega en el otro) es cosa de juventud o, más bien, de la adolescencia. No todos vivimos de igual modo la experiencia amorosa y puede variar la intensidad de estos síntomas o que no concurran todos ellos, pero la idealización, la peculiar comunicación, la percepción del tiempo, la placidez y las manifestaciones corporales definen el enamoramiento pasional.
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Impactante: La verdad es que sea cierto o no...
El amor o el enamoramiento sea una enfermedad// me resta sólo decir que aún no existe cura para ella y si bien, no está ciento por ciento científicamente comprobado. Es bueno pensar que el amor es una enfermedad.
[dedicado a mi amor]

2 comentarios:

SERGINHO® dijo...

mira que bien.. igual me gusta la metafisica.. y me gusta el analisis que hiciste en este post.. y empato con el comentario anterior.. que se propage la enfermedad¡

cuidate..

Anónimo dijo...

Demiurgico, por asi decirlo...

Un concepto de Amor olvidado esta en mi Blog
LA PARATGE...

Que es parte de la Cosmovision (Concepcion del Mundo) que conozco y Defiendo por Principios...

Te invito a leer y conocer...